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jueves, 18 de septiembre de 2014

Chef de luz: la película


Cuando estoy en un laboratorio fotográfico analógico, siempre me recuerda a una cocina aunque es más bien el resultado del cruce entre una cocina y un taller mecánico.

Su zona seca y su zona húmeda, sus luces especiales, sus herramientas, recipientes, bandejas e ingredientes, su tendedero o secadora, termómetro, cronómetros, su especie de lámpara (ampliadora)...

Para los que no habéis estado en uno, la zona seca es donde está la ampliadora con su lámpara, su objetivo y su reloj; y la húmeda es donde están los productos químicos en botellitas y bandejas, suele haber un grifo en una pila o fregadero, y por eso su nombre.

El procesado manual de las películas es casi como hacer un cóctel, y el del papel es como el trabajo en una freiduría: pasando de bandeja en bandeja hasta que la copia esté bien "fritita".

Cubetas de procesado de papel fotográfico. El clubdigital.com

Y encima, todo es tan mágico... Tiene cierta emoción eso de estar a oscuras a veces, otras con luz roja (que llamamos inactínica y nos permite tener el papel fotosensible a la vista), y las menos con luz blanca normal. Eso de tener un material escondido... sin saber realmente qué imágenes contiene... si va a salir o no algo...

Y cuando sale ¡wow!, qué alivio cuando vemos la película bien expuesta y revelada, sin defectos; o qué estupendo cuando entra el papel "limpio" en la cubeta y esas manchas grises y negras terminan formando una imagen reconocible... nada comparable a la imagen de la pantalla trasera de la cámara digital, que borramos instantáneamente cuando no nos gusta.


Aquí hay que pensárselo antes de disparar alegremente, hay que cocinar "a fuego lento", nada de microondas.


Vamos a lo práctico: 
¿Cómo empezaremos a cocinar en el laboratorio?
Si comenzamos haciendo fotografías sobre película (seguramente B&N, más asequibles al revelado doméstico que las de color), usaremos para ello una estancia totalmente estanca a la luz.

Puede ser un rincón oscuro donde ningún tipo de luz se cuele, o una "bolsa negra" con unas mangas, que venden para estos menesteres.

Fotógrafo usando bolsa negra

Cuba tanque y espirales
Necesitaremos una cuba-tanque para revelar, una espiral para película (si ésta está en rollo o en carrete), y unas tijeras

Antes de apagar la luz -o de introducir los elementos en la bolsa negra- sacaremos la lengüeta de la película (si no podemos, existe una herramienta para hacerlo: el sacalengüetas, que sale en la imagen que os he puesto arriba), y le daremos un corte con la tijera, de forma que ninguna perforación (si el film la tiene) se quede seccionada, pues complicaría las labores posteriores.


Cortada la lengüeta, podemos iniciar la introducción de la película en la espiral, pero sin avanzar casi nada para que el resto de las exposiciones no se velen con la luz blanca. 


Ya en total oscuridad -o dentro de la bolsa negra-, y con todos los elementos localizados, buscamos el inicio de  la espiral -pestañitas interiores- y la vamos girando para que recoja toda la película, y cuando lo haga, cortaremos la unión de ésta con la estructura del rollo o carrete (una pequeña cinta adhesiva que trae). 
La espiral deberá estar perfectamente limpia y seca, para que funcione y la película se deslice bien. 

Espero que este video os ayude a ver la operación a realizar (ojo, hacedlo con la luz apagada):



Un método alternativo para introducir la película en rollo o carrete en la espiral, sería abrir a oscuras el chasis del carrete (forzar la lata por uno de los extremos con alguna herramienta, como se ve en el video anterior) y liberar la película, cortar la lengüeta y continuar con el proceso. 



Algunos prefieren este sistema porque temen que la película se raye con la otra forma de proceder.

Para una película de medio formato, que no lleva perforaciones y es más ancha, colocaremos la espiral en otra postura (hay que abrirla y encajarla en otra posición). 




Si la película estuviera en hojas (placas) prescindiríamos de espirales, y a falta de un bastidor específico para este tipo de films (que los hay), la introduciríamos con cuidado dentro de la cuba, descansando sobre una de sus paredes.

Ahora (seguimos a oscuras) la espiral se mete dentro de la cuba, encajándola en el tubo central o "trampa de luz" (no olvidéis montar bien todas las piezas) y bajándola hasta el fondo. 

Cerramos perfectamente (comprobadlo que luego es un disgusto si no está bien puesto) la tapa de rosca de la cuba, y listo. 

La tapa de seguridad -suele ser roja o azul- no estorba, pero tampoco es imprescindible hasta que no echemos los líquidos para procesar el film. 

¡Ya podemos trabajar con luz blanca (o del color que más nos guste)!.

Piezas de la cuba-tanque
Estructura de una cuba-tanque de revelado. Fernando Gago

Una vez que esté la película dentro de la cuba -bien cerrada, que no se salga nada el líquido que echemos, pues por ahí puede colarse la luz-, empezamos el procesado. 


Imagen de Germán Bastos
Tiempos de revelado para 20ºC del revelador Rodinal.
Se aconseja la dilución 1/25 para usos generales
Instrucciones del revelador Rodinal de Agfa



Debemos comenzar teniendo los baños del procesado preparados (hay que diluirlos porque suelen venderse concentrados y comprobar que su temperatura es la correcta por si hay que variarla) y bien identificados ya que si nos equivocamos en el orden de los químicos (revelador-paro-fijador), podemos "cargarnos" el resultado (eso vale también para el procesado de papel).

A menudo los fabricantes de químicos proponen varias diluciones distintas, más o menos concentradas para conseguir un resultado diferente. Un revelador más concentrado suele dar lugar a unas imágenes más contrastadas, y es común que necesitemos que esté actuando durante menos tiempo. En función de cómo hayamos expuesto, y de los resultados que queramos, podemos usar una u otra dilución.

Revelador R09, el "sustituto" del Rodinal


Para usos generales, es recomendable una dilución menos concentrada y que actúe durante más tiempo, lo que se supone debería proporcionarnos una gama tonal más amplia.

Instrucciones de preparación del revelador HC-110 de Kodak
La dilución "b" es la que se aconseja para uso común


Es habitual que en la caja de la película, y en las instrucciones del revelador, vengan indicados los tiempos de procesado, con la agitación que deberemos darle para la dilución escogida, la temperatura, y el tipo de película -hay muchos tipos de película, pero no me quiero desviar del tema-.

En este enlace podéis ampliar información sobre estos tiempos y en esa página podéis ver la amplia gama de productos para conseguir distintos resultados (no sólo diferente gama tonal, sino grano fino, medio o grueso... todo un mundo).

Tiempos de revelado del HC-110
según película y temperatura del producto 

Además, debemos controlar su temperatura (se recomienda 20ºC), tiempo que tienen que actuar, y agitación recomendada -importante para potenciar el revelador y  para evitar burbujas que dejen sin revelar partes del film-, todo ello teniendo en cuenta cual es nuestra película (las instrucciones varían con los tipos de films y marcas).

Tiempos de procesado de películas Ilford.

Tiempos de revelado de películas T-Max de Kodak

Los buenos fotógrafos de antes, que tenían que revelar tuvieran o no tuvieran "las instrucciones", tenían un truco para hacerlo:
- Velaban un pedacito del carrete, y sobre la parte de la emulsión (la mate) echaban una gota de revelador.
- Ahora contaban cuántos segundos tardaba en oscurecerse esa gota sobre el film, y dividían el número de segundos que había tardado en ennegrecer entre cuatro, y el número obtenido eran los minutos que necesitabamos para revelar correctamente.
Por ejemplo, si tardaba en ennegrecerse 36 segundos, el tiempo adecuado para revelar eran 9 minutos (36/4).


Procesado paso a paso de la película 



Los pasos del procesado son los siguientes:

1- Es interesante comenzar con un baño de agua clara (a temperatura similar al revelador), para que luego los siguientes baños se expandan con más facilidad. Se llena la cuba por el orificio de arriba, y se vacía sin más. No os asustéis si al tirarla sale el agua oscura.

2- Luego, empezamos con el baño de revelador, el más crítico, que iniciaremos y vaciaremos en el tiempo indicado. Eso es a veces una cuestión compleja, pues no siempre encontramos una información precisa. Se suele recomendar más tiempo si se va a positiva en ampliadora con difusor, y menos si se va a hacer en una de condensador (que da más contraste).

Si está más diluido de lo que debiera, más frío de lo deseable (podemos calentarlo con un calienta baños o enfriarlo rodeando la botella con hielo, para evitarnos problemas) o bien muy usado, deberemos de aumentar el tiempo para que su actuación sea suficiente.

Cuando no tenemos opción a variar la temperatura, una fórmula usada para "compensar" la temperatura es añadir un 10% de tiempo de revelado por cada grado de menos, o quitarlo por cada grado de más.
Hay quien para ajustar el tiempo de revelado añade 30 segundos más por cada grado de menos al que esté el baño y si por el contrario, el revelador está más caliente de lo que se recomienda, le resta 30 segundos por cada grado que pase de 20ºC, y 2 minutos por cada grado de más que pase de los 22ºC.

Os pongo una carta orientativa que he pillado por ahí. Sale un poco confusa porque está pasada por el traductor de google:



No olvidéis la agitación, que influye y mucho en el resultado, y esos "golpecitos" que debemos darles a la cuba en la base para romper las posibles burbujas que se formen. Si no lo hacéis, podéis encontraros con "vacíos" en las imágenes, por que una burbujita de aire ha impedido el revelado.

Cómo agitar suele indicarse en las etiquetas de los reveladores, pero si no, como norma general, hay que agitar el minuto 1º de forma continuada, y el resto de minutos, los primeros 5 segundos.

imagen de Ready Febrian



En el caso de que, por error o queriendo hayamos expuesto la película de forma diferente a lo que corresponde a su sensibilidad, deberemos corregir los tiempos de revelado, de tal forma que:

· Forzando la película: ésta recibe menos luz de la que debiera (se tira a una sensibilidad mayor de la que indica el fabricante) debemos potenciar el efecto del revelador para compensar. 
Eso podemos hacerlo calentándolo (poco recomendable), o duplicando el tiempo de revelado por cada paso de sensibilidad que hayamos puesto de menos (algunos recomiendan un 30% de aumento de tiempo por cada paso, y mi experiencia me dice que suele ir bien). 
Aunque la película necesitemos forzarla por las condiciones de luz, o bien lo hagamos por error, debéis saber que cuando se fuerza, se obtiene más contraste en la imagen y eso no siempre viene bien. También se hace más visible el grano y disminuye la definición.

· Lo contrario del forzado: la película recibe más luz de la que debiera, y debemos disminuir el revelado (un 60% por cada punto de más). Ojo, las imágenes resultarán más grises, menos contrastadas.


3- Para detener el efecto del revelador (aunque lo hayamos vaciado sigue actuando ennegreciendo la película), un minutito de baño de paro. Sirve agua corriente, aunque venden el producto (agua con ácido acético) si es que quieres pagarlo.




4- Tras el baño de paro, debemos eliminar la plata que no se ha ennegrecido con la exposición, y conseguir así una imagen estable. Para hacerlo, daremos un baño de líquido fijador, que también debemos tenerlo diluido debidamente y dejarlo actuar según su concentración. Es recomendable no quedarse nunca corto, pero tampoco debemos "olvidarnos" la película sumergida en ese producto.

El baño de fijador no es tan crítico en cuanto a temperatura (ni el tiempo) como el de revelador. Hay quien mira el resultado a la mitad del tiempo de fijado, para ver cómo va el proceso (a mí no me gusta hacerlo, pero si sois tan impacientes....).
Eso sí, es conveniente que éste no esté mucho más frío que los otros baños, pues esto puede provocar un efecto llamado "craquelado" en la emulsión que, aunque hay quien lo provoca por estética, no es agradable cuando no es buscado. 

Hay productos como el que os pongo en la foto que sirven para película y también se pueden usar en papel. 
El revelador no es tan común que valga para los dos productos, sino que debemos de comprar uno específico para  película y otro para papel. 

Etiqueta del Agefix de Agfa.

Ojo con tirarlo al desagüe que contamina (todos los productos conviene recogerlos en garrafas y entregar en un punto limpio).



5- El último baño es un lavado con agua (corriendo al menos 20-30 minutos, o renovada cada 5 o 10 minutos aproximadamente hasta media hora). Lo ideal es usar una de esas mangueritas especiales que se meten en la cuba-tanque (o algún apaño similar).
Manguera para lavado


Enjuague película. Sebastián I. Zúñiga Lucero


Es importante que no queden restos de fijador que podrían causarnos problemas más adelante. Hay productos - eliminadores de "hipo"- para limpiar la película de un componente -"el hiposulfito"- que contiene el fijador pero, no es totalmente necesario usarlo si no es en casos muy específicos (para fotos que van a ser viradas, etc).

Terminado el procesado, podemos mirar el resultado al trasluz, sacando un poco la película de la espiral (no entera por si acaso). 

Si el carrete está un poco de color violeta -y no es del tipo Tmax, que suele tener ese tonillo siempre- es que necesita más fijado. Podemos en ese caso, volver a meterlo con cuidado en la espiral, y sumergirlo en fijador unos minutos más, y volver a enjuagar otra vez por supuesto. De hecho hay quien revisa el film antes del tiempo total del enjuague final, para ahorrarse el lavado si no está bien fijado.

6- Para facilitar el secado "sin rastros", podemos añadir al final del lavado una gotita de líquido humectante, o de detergente para fregar platos. Más espuma no es más limpio, no os paséis. Tampoco le quitéis la espuma enjuagando todo, que no serviría para su función.



7- Es menos agresivo secar "tendido" en un lugar resguardado sin calor, y además evitar que el aire remueva partículas que se puedan pegar en la película -a veces sólo se quitan volviendo a lavar o ni por esas-. Conviene ponerle también una pinza abajo para evitar que se enrosque.
Ojo, que una película húmeda es muy sensible a los posible arañazos, que luego no hay quien los quite.
Si "la bulla nos come" -peor para el carrete-, podemos hacer uso de un secador o un calefactor (mejor con aire frío-, siempre con precaución y sin acercar mucho el aparato a la película, y dándole la vuelta al ratito para que seque bien por la cola y por la punta.

8- Una vez seco (aseguraos) un consejo: lo mejor es que antes de cortar las tiras de fotogramas, vayamos introduciendo la película en una funda de las de papel e ir cortando lo que sobresale. De lo contrario, la suciedad y los rayones podrán cebarse con nuestras imágenes.

Negativos guardados en fundas de papel. Foto de R3

No olvidéis protegeros de los corrosivos y tóxicos químicos de procesado: guantes y bata -o similar-. Las manchas son casi imposibles de quitar, y lo indicado es tener extractores de aire para evitar respirar los "vapores" que se pueden producir en un laboratorio fotográfico.

Un consejo más: no seáis rácanos con los químicos: llenad hasta cubrir la espiral, que no es agradable hacer todo el proceso y comprobar luego que la película tiene una parte que no ha recibido los baños porque el nivel del líquido ha quedado bajo.

Os dejo esta páginaotro enlace muy completo sobre revelado de negativos en B&N, por si queréis reforzar o ampliar más. 

Y para quien se pique mucho con el tema, una página donde hay procesados de films artesanales alternativos, haciendo sus propios compuestos químicos con fórmulas especiales poco comunes o incluso con productos de andar por casa.

Por cierto, que se está poniendo de moda revelar ¡con café!.

Continuará con el revelado del papel...

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